Tecnología de transmisiones en tiempo real escalable y de rendimiento elevado.
La base de toda la tecnología de Ab Initio es una plataforma de procesamiento unificada que funciona con arquitecturas de procesamiento por lotes, de transmisiones por secuencias y basadas en servicios. La plataforma propicia el alto rendimiento, la escalabilidad y la distribución para todas las aplicaciones digitales en la nube o locales. Todas las aplicaciones, sin importar su tipo, se expresan gráficamente como un grafo de flujo de datos —una arquitectura en pipeline de componentes de procesamiento conectados por flujos—. Una vez ejecutados, los registros de datos fluyen a través del grafo y los componentes se encargan de transformarlos y enrutarlos.
Este modelo de procesamiento de datos está intrínsecamente basado en las transmisiones por secuencias; es decir, todos los componentes están activos en memoria a la vez que generan un procesamiento en pipeline (segmentación) de alto rendimiento. Lo que cambia entre los distintos modelos de computación es la funcionalidad de punto de verificación-reinicio; en las aplicaciones de transmisión por secuencias, cada componente guarda el estado con una frecuencia determinada (por ejemplo, un intervalo de tiempo o el número de registros procesados).
¿Qué significa eso? Significa que es fácil armar aplicaciones distribuidas de transmisión por secuencias con alta capacidad de procesamiento que además puedan garantizar un procesamiento único. Los datos se pueden transmitir hacia y desde un grafo en cualquier formato y sin importar su origen, incluidos los provenientes de la captura de datos de cambio y todos los sistemas de mensajería comunes. Por ejemplo, nuestros clientes utilizan la plataforma de Ab Initio para transmitir y procesar millones de registros por segundo procedentes de redes de comunicación, dispositivos IoT y clics en Internet.
Un banco importante en rápido crecimiento necesitaba implementar una respuesta en tiempo real para millones de clientes. El problema era cómo lograrlo.
Alentar a los clientes a aprovechar las varias ofertas de productos del banco era una excelente idea, ya que los clientes podrían tener una variedad de cuentas.
El hecho de que esas cuentas se gestionaran en divisiones separadas, al principio, constituyó un detalle menor dictado por la tecnología disponible. A medida que el banco fue creciendo, este detalle menor se fue convirtiendo en un problema serio. El banco gestionaba millones de cuentas y no sabía con qué divisiones trabajaban los clientes. Un cliente podía tener cuentas en varias divisiones o en solo una.
A diario se perdían oportunidades lucrativas de marketing y de venta cruzada porque el banco no sabía quién tenía qué productos. Los clientes que llamaban con problemas tenían que lidiar con varias personas para resolver el mismo problema en divisiones distintas. El banco perdía volúmenes crecientes de interacciones con clientes en lugar de extraer de ellas información potencialmente valiosa.
El banco llegó a la conclusión de que era hora de tomar medidas. El plan era sencillo:
El banco consideró muchas tecnologías, pero solo una empresa podía satisfacer todas sus necesidades de negocio: Ab Initio.
Mediante las eficaces funciones de procesamiento de eventos de Ab Initio, el banco implementó un sistema que podía almacenar y acceder a más de mil millones de transacciones de clientes en tiempo casi real, agregando a diario millones de transacciones nuevas. Las nuevas interacciones con los clientes estaban disponibles para hacer consultas casi instantáneamente. Los problemas de los clientes se podían abordar rápidamente, sin que el cliente tuviera que hablar con varias divisiones. La generación automática de oportunidades de venta le permitió al banco buscar oportunidades de marketing inmediatamente en lugar de días o semanas después del evento.
Respuestas en tiempo real y clientes satisfechos, todo gracias a Ab Initio.