Una organización se guía por los datos a través del descubrimiento, la catalogación, el enriquecimiento, la curación y el acceso a los datos empresariales.
Ab Initio pone a su disposición la catalogación de datos de extremo a extremo, sin importar dónde residan esos datos: en un lago, en la nube, en un sistema operativo o en un almacén de datos, o bien en otro catálogo de datos. Ab Initio automatiza muchos de los pasos fundamentales del proceso desde la identificación de los conjuntos de datos y su enriquecimiento con significado, hasta su curación y el acceso a ellos. Así, cuando los usuarios busquen los datos y los examinen, su significado quedará claro gracias a los vínculos que se generan semánticamente con términos del negocio. Los usuarios deciden si los datos son adecuados para su fin con solo explorar los perfiles, modelos y formatos de datos, la calidad de los datos, el linaje y las revisiones. Un usuario puede incluso mostrar datos activos de acceso controlado que se enmascaran al instante de acuerdo con los permisos de que disponga ese usuario.
El catálogo de datos de Ab Initio es el motor que impulsa las decisiones y los procesos guiados por los datos. No estamos hablando de un repositorio pasivo que se utiliza solo de referencia: hablamos más bien de un repositorio activo que impulsa los procesos operacionales. Por citar un ejemplo: puesto que conoce los datos físicos y el significado lógico asociado con ellos (digamos, “este es un campo de país”), el catálogo de datos es capaz de generar automáticamente las reglas de calidad de datos operacionales para procesar los datos, una ventaja que se refleja en la productividad. La automatización puede darse en numerosas áreas como la seguridad de la información de identificación personal, la creación de lagos de datos y almacenes de datos, la simplificación de la limpieza y transformación de datos (wrangling) y el acceso a los datos, el autoaprovisionamiento de datos y así sucesivamente.
A veces no basta con solo controlar los datos.
Una importante institución financiera de los Estados Unidos tenía un problema. Su sistema de gestión de datos estaba disperso por toda la empresa y los distintos sectores del banco utilizaban sistemas diferentes.
Muchos de estos sistemas habían sido desarrollados internamente y utilizaban un código abierto así como varios productos de gestión de datos. Un área poseía un sistema de TI completamente independiente. Al no contar con un sistema o método estándar de gestión de calidad de datos, la empresa no podía confiar en los resultados ni responder a las preguntas de los organismos reguladores. Estos últimos se enfadaban y cuando los organismos reguladores no están contentos, nadie lo está.
Trabajando con Ab Initio, la institución financiera empezó a estandarizar sus operaciones así como a eliminar todas las interfaces punto a punto y las datotecas heredadas. Ab Initio le proporcionó las funciones para crear un lago de datos mediante gobierno de datos, calidad de datos y funciones de linaje de datos a fin de gobernar los datos y dar seguimiento a la calidad. La interfaz sencilla e intuitiva de Ab Initio, similar a una hoja de cálculo, permite un desarrollo de reglas que simplificó ampliamente el proceso de desarrollo de reglas de calidad de datos y de su puesta en producción.
Adquirir experiencia en encontrar errores en los datos conlleva nuevos desafíos. Las instituciones financieras tienen muchísimos datos. Un porcentaje pequeño de datos con incidencias es de preocupar, ya que pronto las personas que corrigen esas incidencias se ven agobiadas frente a la cantidad de errores que requieren su atención.
Una vez más, Ab Initio vino al rescate y ayudó a la institución financiera a armar una solución completa de gestión de calidad de datos. Además de simplemente ejecutar las reglas de calidad de datos, el nuevo sistema le permitió a la compañía gestionar el proceso entero de identificación, seguimiento y corrección de problemas en los datos y las reglas de calidad de datos sin inundar con muchos defectos a los empleados.
Cuando un registro no satisface una regla de validación de datos, el sistema verifica si ya existe un ticket abierto para ese problema específico. Si lo hay, el registro se agrega al ticket existente y de lo contrario se crea uno nuevo. En última instancia, el ticket se compone de todos los registros que no pasan una prueba de validación específica. Ab Initio asigna ese ticket, basándose en datos de referencia almacenados, a la persona apropiada, que luego examina en profundidad los registros y determina si el problema radica en los datos o si se produjo un error en la regla.
Si el problema radica en la regla de calidad de datos, el ticket se vuelve a asignar. Si el problema radica en los datos, el propietario de los datos es responsable de corregirlos y se le avisa inmediatamente. Las correcciones necesitan ser registradas y verificadas. Antes de que la institución financiera adoptara la solución de Ab Initio, asignar responsabilidades a un nivel tan específico habría sido imposible. Pero ahora no lo era.
Con su nuevo sistema, la institución financiera puede dar seguimiento a problemas de calidad de datos, corregirlos y verificar la corrección, sin agobiar a las partes responsables. Las incidencias en los datos se dirigen a sus propietarios y los errores en las reglas se dirigen a los especialistas en soluciones de negocio apropiados, que las verifican y las depuran. Así es como Ab Initio impulsa la gestión de calidad de datos a nivel empresarial.