Migración realista a la nube para compañías grandes
Muchas compañías sueñan con hacer realidad la promesa de la nube para sus propios sistemas: administración simplificada, infraestructura ágil, costos reducidos, entre muchas otras ventajas.
Pero los sueños de la nube pueden volverse borrosos en organizaciones de gran tamaño que tienen miles de sistemas distintos, aplicaciones de mainframe y exigencias normativas. Los desafíos para la migración a la nube pueden ser considerables:
El software de Ab Initio permite que las compañías que enfrentan esos desafíos puedan trasladarse a la nube completa o parcialmente siguiendo un modelo híbrido. Nuestras herramientas pueden ayudar a automatizar la conversión de un sistema en aplicaciones de Ab Initio de alto rendimiento. Una vez convertidas a la tecnología de Ab Initio, las compañías pueden trasladar rápidamente sus aplicaciones a la nube con cargas de trabajo contenerizadas y conforme a la metodología de los 12 factores. También pueden escalonar su migración a la nube avanzando gradualmente de una fase a otra, moviendo sus equipos virtuales fuera del entorno local, reduciendo los gastos de almacenamiento por medio de la migración a un almacenamiento de objetos o blobs, y culminando finalmente con la migración a los contenedores.
La migración de décadas de desarrollo desde un modelo tradicional on-premises a la nube podría llevar años. No con Ab Initio.
Un proveedor importante de tarjetas de crédito de Estados Unidos desarrolló uno de los entornos de inteligencia empresarial más innovadores del mundo con software de Ab Initio. Después de décadas de desarrollo y operaciones on-premises (dentro del servidor y la infraestructura de la empresa), decidió aprovechar tecnologías nuevas, eliminar los centros de datos locales y optar por el almacenamiento en la nube.
No era sencillo trasladar un sistema que había sido desarrollado a lo largo de 20 años. Los datos se alojaban en un almacén de datos muy grande y caro. Existían 100 000 líneas de código SQL, lo que incluía SQL específico de proveedores, así como miles de grafos de Ab Initio. No se contaba con información detallada sobre qué grafos exactamente estaban en ejecución, con cuánta frecuencia se ejecutaban y con cuáles parámetros lo hacían. Esa información estaba enterrada en el sistema de programación de jobs y en los scripts de shell que iniciaban los jobs. Era necesario desenterrarla antes de proceder con la migración.
Ya que la automatización era la clave de este reto de migración, la empresa trabajó con Ab Initio para armar el sistema de automatización. En algunos casos, Ab Initio proporcionó herramientas de automatización y traductores listos para usar. En otros casos, ambos equipos trabajaron en conjunto para armar herramientas personalizadas de automatización. La traducción automática de la lógica de aplicaciones basada en Ab Initio es posible debido a la estructura exclusiva y al modelo de procesamiento controlado por metadatos de Ab Initio. Las herramientas de análisis de Ab Initio documentaron automáticamente las diferentes dependencias entre los jobs y los datos. Las herramientas desarrolladas por Ab Initio también analizaron cientos de miles de archivos de registro en tiempo de ejecución.
Esta migración llevó 18 meses, un período de tiempo increíblemente corto para un proyecto de esta magnitud. Trabajando con Ab Initio, el proveedor de tarjetas de crédito logró obtener un sistema que combinaba la resiliencia y la capacidad de aprovechar las tecnologías más avanzadas, y les ahorró millones de dólares.